Frenillo lingual corto o anquiloglosia.
Frenillo lingual corto. El gran temido en los grupos de apoyo a la lactancia. Puede llegar a ser una de las dificultades más limitantes en una lactancia, o puede suponer tan sólo algunas complicaciones llevaderas y pasajeras.
Fotografía de Sergiu Vălenaș en Unsplash
¿Qué es el frenillo lingual corto?
El frenillo lingual corto, o anquiloglosia dependiendo del grado de este, se denomina a cuando nuestro bebé tiene la membrana que une la lengua con la base de la boca demasiado corto.
Es importante tenerlo en cuenta cuando está suponiendo una interferencia en la lactancia materna y nos está generando una serie de dificultades a la hora de amamantar.
¿Porqué hablamos tanto de él?
En los grupos de apoyo en ocasiones nos hemos llegado a preguntar si es que cada vez hay más frenillos cortos, ante la afluencia constante de bebés que acaban con tal diagnóstico.
Lo cierto es que, en los grupos de apoyo, aunque estamos para los buenos y los malos momentos, solemos recibir principalmente a mamás con problemas en su lactancia.
El frenillo es de los problemas que las madres no consiguen solucionar por si mismas, y acuden desesperadas al GALM, después de haber intentado cambiar las posturas mil y una veces sin ver mucha mejoría.
Clasificación
Hasta hace un tiempo, los frenillos sólo se clasificaban en 4 tipos, en 2 grupos diferentes según la tipología.
Por un lado, están los frenillos de membrana o telilla, los frenillos tipo I y tipo II que son muy evidentes porque se ve la fina tela que une la lengua. Su intervención es rápida y sencilla.
Por otro lado, están los frenillos submucosos, los frenillos tipo III y IV que pueden tener una membrana visible o no y que tienen un anclaje submucoso, en ocasiones difícil de valorar sin experiencia, pero que puede resultar muy limitante.
-
Tipo 1 -
Tipo 2 -
Tipo 3 -
Tipo 4
Fotografías de la web albalactanciamaterna.org
Hoy en día, contamos con más información, estudios y procedimientos, y disponemos de nuevas herramientas que nos permiten tener un mejor diagnóstico para valorar si es limitante o no, y si requiere o no de tal o cual intervención.
Para ello, los especialistas en esta materia, disponen de un procedimiento mediante el cual valorar el grado del frenillo corto, su afectación a la lactancia materna y otros aspectos, y la necesidad de una, otra o ninguna intervención.
Señales que nos alertan de un posible frenillo lingual corto.
A continuación, os vamos a describir algunos de los “síntomas” más visibles o fáciles de reconocer en un bebé con frenillo. Si notas alguno de estos síntomas, no necesariamente significa que tu bebé tenga frenillo, pero si se dan varios pueden ser indicativo de que algo no va bien y pueda estar relacionado con el agarre y/o el frenillo.

- Dolor al mamar y/o grietas que no mejoran revisando la posición y el agarre.
- Bebé que coge poco peso a pesar de no limitar el tiempo y la cantidad de tomas.
- Cantidad de tomas diarias muy elevado. Lo habitual es entre 8 y 12, un poco más es normal, muchas más son indicativo de un problema de agarre.
- Tomas “infinitas”. El bebé puede pasar casi horas enganchado al pecho sin soltarse por sí mismo.
- Bebé deshidratado a pesar de estar todo el tiempo al pecho.
- Chasquidos y ruidos a la hora de mamar. Indican que está entrando aire y el agarre no es bueno.
- Pezón que sale con una forma asimétrica (barra de lápiz de labios) después de la toma.
- Bebé muy inquieto y aparentemente molesto. Al no agarrar bien el pecho, se quedan con hambre y les entra mucho aire en el estómago, por lo que estarán muy molestos.
- Hiperproducción de leche. En ocasiones los bebés compensan esa transferencia insuficiente de leche materna con una gran cantidad de tomas, que llevan al pecho a generar un hiperproducción para asegurar la alimentación al bebé.
¿Qué supone que nuestro bebé tenga un frenillo corto?
Que nuestro bebé tenga un frenillo lingual corto puede suponer una serie de complicaciones en nuestra lactancia.
Entre ellos, están:
- El bajo peso y la baja ganancia de nuestro bebé (al no poder extraer eficazmente la leche).
- Las obstrucciones en el pecho que pueden derivar en mastitis e incluso abscesos, por el drenaje deficiente del mismo.
- Baja producción (por un drenaje insuficiente) o sobreproducción (por compensación).
- Gran cantidad de tomas, que no parecen terminar nunca, y un bebé que nunca está saciado y no se suelta solo del pecho.
De igual manera, puede no interferir en nuestra lactancia, pero aún así provocar en nuestro bebé problemas respiratorios (asma, alergias, propensión a infecciones de oído y del conducto lagrimal…), problemas de dicción y o pronunciación.
Si tengo sospechas de que mi bebé tiene frenillo, ¿qué debo hacer?
Ante los síntomas descritos anteriormente, lo primero que deberíamos hacer es ir a visitar a la matrona, una asesora o consultora de lactancia o un grupo de apoyo. Estas figuras os podrán valorar la postura y el agarre del bebé, así como el funcionamiento de nuestra lactancia, para descartar que nuestros problemas tengan otra causa.
Si aún así, si revisando agarre y posturas, el problema persiste y hay sospecha de un frenillo, la figura que debe diagnosticar y pautar una intervención u otra (o ninguna) es el cirujano pediátrico.
La lactancia materna ayuda a mejorar el frenillo y disminuir los problemas derivados del mismo.
Si bien en ningún caso animaremos a una madre a continuar con una lactancia que supone una tortura para ella, no podemos dejar de poner el foco en los beneficios de la lactancia materna a la hora de mejorar ese frenillo lingual corto.
Los movimientos que ha de realizar la lengua a la hora de mamar, son el mejor de los ejercicios para mejorar la elasticidad del frenillo y la movilidad de la lengua. La lactancia materna prolongada puede suponer una importante diferencia en el futuro ante las posibles consecuencias derivadas de tener el frenillo corto. Puede suponer la diferencia entre tener que acudir al logopeda, ser más propenso a infecciones oculares y auditivas, alergias y problemas respiratorios.
Aún así, siempre será la madre la que habrá de valorar hasta donde quiere y puede llegar con su lactancia, y hasta que punto esas dificultades suponen o no un proceso traumático para ella. Una intervención en el frenillo lingual corto para mejorar las consecuencias derivadas del mismo, se puede realizar a cualquier edad, incluso siendo ya adultos.
Es por ello, que ante una sospecha de frenillo lingual corto, informamos a las madres de todo esto, para que ella libremente pueda tomar la decisión que considere mejor en su circunstancia particular. Al igual que en cualquier dificultad de la lactancia la pregunta clave, después de informar a una madre, siempre debería ser : ¿Tu que quieres hacer?
Me han confirmado el diagnóstico, ¿y ahora qué?
Una vez confirmado el diagnóstico, el especialista nos recomendará una u otra actuación.
Si el frenillo no es limitante y no presenta más problemas que los de agarre, seguramente se pautará una revisión de posturas y agarres, y se valorará la evolución. Es muy probable que, con el paso de las semanas y los meses, la morfología de la boca de nuestro bebé cambie el frenillo se estire y se haga más elástico debido al ejercicio tan potente que supone la lactancia materna, y la situación mejore.
En este caso hay ciertas cosas que nosotras podemos hacer para mejorar la situación:
- Realizar un agarre con la boca del bebé muy abierta, controlando siempre la entrada del pezón en la boca. El truco que os recordamos siempre es apuntar el pezón a la nariz, no a la boca.
- El uso de posiciones ventrales y verticales: tumbadas con el bebé encima nuestra en la misma dirección de nuestro cuerpo, tumbadas lado a lado con nuestro bebé, la postura biológica o la postura del caballito.
- Realizar compresiones mamarias durante la toma. De manera controlada, con la mano en forma de C, haciendo un movimiento desde la base del pecho (donde se une al cuerpo) hacia el pezón en un movimiento de arrastre. Esto nos ayuda a que la leche salga más rápido y con más potencia, ayudando así al bebé a tener más leche durante su succión ineficiente.
- Si todo esto no mejora nuestra situación, como último recurso, se puede valorar la introducción de pezoneras.
¿Y ante un frenillo lingual corto que nos limite la lactancia?
En el caso de encontrarnos con un frenillo limitante, que no mejora con las recomendaciones mencionadas en el párrafo anterior, el especialista valorará realizar una intervención, una frenectomía (corte de la telilla) o frenuloplastia (corte de la telilla y parte del anclaje interno) por parte de un cirujano especialista.
Cada intervención tiene un grado de complejidad, una es tan sólo una intervención ambulatoria, que se realiza sin anestesia y el bebé se pone al pecho inmediatamente después del corte. La otra intervención es de carácter quirúrgico, que si requiere de sedación en la mayoría de los casos.
De optar por realizar la intervención, después de la misma tendremos que realizar ejercicios, muy especialmente cuando la intervención ha sido de los anclajes submucosos, para evitar adherencias y la reaparición del frenillo.
El apoyo es clave en una lactancia materna con un frenillo corto.
Finalmente no podemos dejar de recordaros que si ante cualquier lactancia el apoyo es importante, cuando vivimos una lactancia materna con dificultades el apoyo es clave y fundamental.
Muchas lactancias maternas con esta dificultad acaban siendo prolongadas y exitosas, y mejoran notablemente con el tiempo, pero resultan muy duras y agotadoras durante las primeras semanas o meses.
Contar con el apoyo de tu entorno más cercano, estar informada acerca de tu lactancia y las circunstancias que la rodean, estar empoderada en tu decisión y contar con ayuda pueden suponer la diferencia entre mantener o no dicha lactancia.
Busca tu red de apoyo, acude a tu GALM y/o infórmate adecuadamente sobre lactancia materna, y haz partícipe a tu pareja en todo este proceso.
Con un bebé que realiza una gran cantidad de tomas infinitas al cabo del día (y de la noche), el apoyo y la implicación de tu pareja van a ser claves a la hora de vivir esta situación de la mejor manera posible.
Sin comentarios