La subida de la leche.
Uno de los grandes acontecimientos que la gran mayoría de madres espera es la famosa subida de la leche. A todos nos han contado grandezas y horrores de este momento del inicio de la lactancia, y se ha generado una suerte de fábulas alrededor de la misma que hace que muchas madres piensen que su lactancia va bien o mal en función a algo que puede que no sea lo que nos han contado.
Que es y cuando se produce la subida de la leche.
Lo que comúnmente conocemos como subida de leche, es aquello que solemos notar entre las 48 y las 72 horas después del parto, cuando sentimos el pecho más tenso y cargado.
Antiguamente la gente pensaba que antes de esta subida no se tenía leche, y los bebés no se podían alimentar.
Hoy en día por suerte sabemos que incluso antes de dar a luz tenemos calostro, que es todo lo que nuestro bebé necesita los primeros días de vida. Es más, es vital que no infravaloremos esta “pre-leche”, pues es un preparado único e irrepetible, que ejerce como primera vacuna para nuestro bebé.
Está perfectamente formulada para darle a nuestro bebé exactamente aquello que necesita cuando llega al mundo: expulsar el meconio, inmunizarlo para el nuevo ambiente en el que va a vivir, etc
El paso del calostro a la leche materna madura.
Una vez el bebé ha obtenido todo esto alrededor de las 48 a 96 horas, el binomio madre-bebé está preparado para la siguiente fase, que es la alimentación con la leche madura. Será entonces cuando el pecho pase de fabricar calostro a crear leche y es posible que notemos la conocida subida o bajada de la leche.
De notarla, la subida de la leche será evidente porque notaremos más o menos presión en el pecho, notaremos una gran cantidad de venas azuladas marcadas, notaremos el pecho muy hinchado…
En alguna ocasión, si la ingurgitación es muy extrema, podemos llegar a sufrir fiebres y muchos dolores. Pero si le ofrecemos el pecho a demanda al bebé, es posible que esta subida no sea tan exagerada como nos han contado.
¡Yo no he notado la subida de la leche!
Muchas veces, como tenemos esta idea en la cabeza que la subida de leche duele mucho y debe ser muy notoria, cuando no sufrimos ni fiebre ni dolores graves nos da la sensación que está subida no ha ocurrido.
Si la lactancia es a demanda, si cada vez que el bebé empieza a mostrar señales de tener hambre lo ponemos al pecho, y dejamos que esté al pecho el tiempo que necesite hasta que el bebé se suelte de manera espontánea, no deberíamos preocuparnos por si tenemos leche o no si no hemos notado una subida de leche muy acusada.
Si lo llaman subida de la leche ¿Significa que antes no tenía leche?
Como ya hemos adelantado, no notar la subida de la leche no es indicativo de la cantidad de leche que tenemos. De hecho, en una lactancia bien establecida, lo normal es no sentir apenas la subida de la leche.
En algunos casos las subidas de la leche pueden ser más acusadas, por que las tomas se espacian mucho en el tiempo, por hiperproducción o por mala transferencia. Estas son los factores que hacen que la subida de la leche pueda ser más acusada, y cuando no lo es, por una lactancia normal y correcta, nos podemos asustar.
Para ello, siempre es importante estar informada y saber cuales son las señales a tener en cuenta para saber si nuestra lactancia está funcionando.
Consecuencias de una subida de la leche muy acusada.
Es posible que a partir de la subida de leche, antes de algunas tomas (especialmente si ha pasado un tiempo de la anterior toma) podemos notar los pechos muy inflamados, incluso duros. Es importante que aliviemos está ingurgitación antes de ofrecer el pecho al bebé.
Si no vaciamos un poco el pecho , tendremos una superficie a la cual el bebé le costará agarrarse, pudiendo esto suponer un mal agarre (que nos puede provocar dolores y grietas), una mala transferencia y dificultades.
Como proceder ante una ingurgitación.
Como hemos comentado, es importante eliminar algo de la tirantez y la ingurgitación antes de ofrecer al pecho al bebé para que no tengamos problemas de agarre y evitar así mayores problemas como grietas u obstrucciones.
Presión Suavizante Inversa
Durante los primeros 15 días, es posible usar una técnica llamada Presión Inversa Suavizante, que lo que hace es desplazar la hinchazón hacia atrás y el interior del pecho, dejando el pezón algo más elástico y el pecho más maleable.
Para ello hay varias maneras de realizar esta maniobra, que os dejamos aquí, cortesía de la web de referencia en lactancia materna Alba Lactancia.
Extracción manual.
Otra manera de aliviar un poco la congestión es realizando una pequeña extracción manual de la leche, la cantidad justa, para así vaciar un poco el pecho y que no esté tan tenso.
Estaremos perdiendo un poquito de leche, sólo extraemos unos segundos, para aliviar mínimamente esa presión que impide un buen agarre.
Con las manos bien limpias, nos realizaremos un masaje en el pecho en círculos hacia el pezón. Si tenemos en mente al bebé, o lo oímos llorar se produce una liberación de oxitocina que ayuda en este proceso.
Finalmente procedemos a extraer leche, como hemos dicho, la cantidad justa que notemos que el pezón ya no está tirante y el pecho no se siente completamente hinchado.
Os dejamos aquí el link a la técnica, cortesía de Alba Lactancia, que podéis usar para extraeros leche para otra toma, y prescindir de sacaleches como os adelantamos en este post.
¿Por qué no es recomendable usar un sacaleches para aliviar la ingurgitación?
Si usamos un sacaleches para aliviar esta presión inicial, en primera instancia es posible que nos provoquemos un edema, ya que la dureza del pecho impide que el pezón sea lo suficiente flexible como para una extracción efectiva e indolora.
Para una extracción mínima de leche, que es la necesaria para aliviar la excesiva tirantez, no es necesario recurrir al proceso de ponernos el extractor al pecho.
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