La lactancia materna en bebés mayores y niños grandes.
Hoy os vamos a hablar de que pasa cuando la lactancia materna va más allá, y nuestros bebés se hacen mayores y pasan a ser niños a la teta.
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La lactancia en bebés mayores ¿es lactancia materna prolongada?
El término lactancia materna prolongada es uno que deberíamos desterrar para siempre, por las implicaciones del propio término. Prolongado, significa que algo dura más de lo normal, se alarga en el tiempo más allá de lo establecido.
La lactancia materna, según las organizaciones de salud y pediatría debería durar mínimo hasta los 2 años, y de ahí en adelante todo el tiempo que madre e hijo quieran. A pesar de que no hay datos exactos la antropología nos dicen, en base a diferentes documentos gráficos, que el destete humano natural se sitúa entre los 2 y los 7 años.
En ningún caso sirve el término lactancia prolongada.
Por lo tanto, no podríamos hablar de lactancia materna prolongada en bebés mayores, no hasta más allá de los 7 años.
De la misma manera, teniendo en cuenta las tendencias actúales y las pésimas tasas de éxito en la lactancia, si prolongado es aquello que dura más que lo “normal” o que la media, podríamos empezar a hablar de lactancia prologada a los 4 meses. Es entonces cuando una inmensa mayoría de las lactancias maternas se van a pique, por culpa de malos consejos, desinformación y falta de apoyo.
El misterio de la lactancia materna en bebés mayores.
Por todo esto, nos gustaría desterrar el término lactancia prolongada y sustituirlo por lactancia materna en bebés mayores (hasta 3 años) y niños.
Normalizarlo, hablar de ello y visibilizar, dejar atrás el tabú, al mismo tiempo que desterramos términos que poco ayudan a éstos propósitos, es una de las maneras en las que volvemos a naturalizar la lactancia, y deja de ser algo místico, complejo e inaccesible.

La lactancia materna en bebés mayores, en niños de 3-4 años debería ser algo normal y habitual, no exclusivo ni extraño. Es algo inherente a nuestra especie (la palabra mamíferos habla por si sola) y por ello usar términos que lo vuelven extraordinario, dificulta en vez de visibilizar.
Y en pos de dismitificar e informar un poquito más, hoy os contamos algunas cosas que puede que no sepas o no hayas vivido aún en tu lactancia, que ocurren cuando tenemos niños y bebés mayores que toman lactancia materna.
¿Qué va antes, la teta o la comida?
Ésta cuestión seguramente es la más preguntada entre madres de bebés de más de 6 meses. Empezamos la alimentación complementaria y todo es un lío: ¿Qué va antes, la teta o la comida? ¿Le quito tomas de lactancia materna?
Pues para esta cuestión, como para tantas otras, la respuesta más sencilla es actuar con naturalidad, confiar y dejar que nuestro bebé nos guíe.
Como os contábamos en el post sobre alimentación complementaria, desde su inicio hasta aproximadamente el año, la leche materna es su principal alimento, por lo tanto hasta el año siempre ofreceremos la teta primero.
Pero a medida que se acerca el año, y tenemos bebés más mayores con lactancia materna, todas las madres nos agobiamos pensando en como debemos hacer esa transición, para girar las tornas y que la comida cobre cada vez más protagonismo.

A libre demanda signfica que ellos se gestionan.
Pues esto es algo que no debéis hacer vosotras, será vuestro propio bebé el que os vaya marcando el camino, el que empiece a deciros que quiere comer y que no quiere más teta a tal o cual hora.
Paulatinamente vuestro bebé irá disminuyendo la cantidad de tomas de lactancia materna e irá comiendo cada vez más y más… pero recordad, que hay un par de grandes crisis a la vuelta de la esquina.
Crisis de lactancia materna en bebés mayores.
Pues si, cuando parece que ya no van a haber más crisis, y después de la gran crisis de apego a los 9 meses volvemos a respirar, resulta que nos quedan aún 2 grandes baches que pasar.
Seguramente estas dos crisis, poco frecuentes por culpa de las bajísimas tasas de lactancia materna a estas edades, son grandes desconocidas y es por ello que caen con nosotras con aún más peso.
Alrededor del año, nuestro bebé dejará de crecer al ritmo exponencial que lo hacía hasta ahora, y su crecimiento empezará a ralentizarse. En este momento es muy frecuente que los bebés que ya comían de todo y en bastante cantidad, empiecen a rechazar la comida e incluso a dejar de comer absolutamente nada que no sea teta.
Las crisis de lactancia, baches en nuestra confianza.
Es en esta crisis, que la tasa de lactancia materna en bebés mayores suele disminuir mucho, puesto que nos agobiamos por ver a un niño que de repente ya no come todo lo que antes, y que encima vuelve a ser una lapa al pecho. Si recordamos confiar en nuestros hijos, dejarles libre demanda al pecho y una variedad de comida saludable a su alcance, si le ofrecemos diferentes presentaciones en la comida, será una crisis que pasará en pocas semanas.
Para estos momentos es muy recomendable el apoyarse en otras madres que estén viviendo o hayan pasado ya por nuestra situación, conocer sus experiencias y compartir preocupaciones. Los grupos de apoyo a la lactancia son grandes aliados a la hora de sentirse comprendida y ver que las cosas que nos ocurren y asustan, son procesos normales en la lactancia de bebés mayores.
Los 2 años, la gran crisis de lactancia materna.
Al igual que con su evolución emocional, y precisamente por ello, los 2 años son un punto crítico en la lactancia materna con bebés que se van haciendo más mayores.
Comienza una época de grandes cambios, de búsqueda de autonomía, de exploración, control de esfínteres y seguramente inicios escolares.
Por todo ello, la teta de mamá se convierte en el gran refugio, en aquello que ofrece consuelo seguro y con la cual pagar toda la frustración y miedos que los bebés viven a diario.

Esta crisis, conocida como la última gran crisis de la lactancia, es seguramente la más larga y agotadora de todas, puesto que tenemos a bebés ya mayores, con su tamaño y sus cosas de mayores, actuando como bebés de 3 meses, cuando nosotras ya estábamos acostumbradas a una cierta “libertad” y autonomía.
Es una época muy dura, en la que seguramente necesites de ayuda y apoyo emocional extra, para poder sobrellevarlo sin querer abandonar el barco. Y es el peor momento de todos para realizar un destete. Pero de eso os hablaremos un poco más adelante, porque ahora toca hablar de esas cosas curiosas de la lactancia materna en bebés mayores.
Cosas curiosas de los bebés mayores que toman lactancia materna.
Os vamos a hacer una pequeña lista de cosas que os podéis encontrar y os pueden llegar a sorprender, por la falta de costumbre y referentes, pero que son (muy a nuestro pesar a veces) normales en una lactancia materna cuando tenemos bebés más mayores.
- No paran quietos. La capoeira de la teta o el tetasutra es algo, que según nuestras energías y nuestro nivel de cansancio nos puede parecer lo más gracioso del mundo o volvernos locas. Y es que se acabó aquello de las posturas para dar el pecho, y ahora las posturas las hace tu bebé. Haciendo el pino, rodando por encima de ti, haciendo el pino puente o bocabajo… todo vale para tomar la teta.
- En cualquier lugar, quieren su teta y la quieren ya. Y bien les vale que a ti no te venga bien o que consideres que no es el mejor sitio, ellos quieren su teta y la quieren ya. A estas alturas suelen entender un poco mejor lo que decimos y se puede pactar con ellos demorar un poco la toma que piden o los lugares donde no queremos dar el pecho. Eso sí, en plena época de rabietas, es muy posible que esto vaya acompañado de una sonora disconformidad.
- Ahora fresas, ahora teta. No sabemos si la teta sabe a nubes, pero llega un punto que la teta sabe a cualquier cosa que estén comiendo en ese momento, e incluso acabe inundada por migas de pan, embadurnada en plátano o rebozada en pollo. Porque al igual que nosotros comemos y bebemos sin importarnos intercalar ambas cosas, ellos hacen lo mismo con la teta.
- Barra libre de teta. Y no sólo nos referimos a que, especialmente durante la crisis de los 2 años, la teta sea en cualquier momento, come hasta reventar… es que la teta pasa a ser de dominio público, y vuestro bebé se la ofrecerá a amigos, desconocidos y hasta a sus juguetes.
- La teta, su mejor amiga. Las abrazaran, las besarán, se apretujarán contra ellas y las acariciarán… como si no formaran parte de ti. Y es que aún, a los 2-3 años, las tetas son algo de su propiedad y están por descubrir que son una parte de nuestro cuerpo.
La falta de apoyo, el mayor enemigo de la lactancia materna en bebés mayores.
Si has llegado hasta aquí, ya tenga tu bebé 4, 6, 12, 36 o 45 meses, enhorabuena mamá. Muy seguramente, aún para nuestra desgracia, habrás tenido que pasar por una penitencia de comentarios y opiniones no solicitadas interminable.

La falta de apoyo, los consejos desinformados y la falta de normalización de la lactancia materna como algo propio de bebés más mayores, pueden suponer un auténtico martirio para madres… y para los bebés. Ellos llega un punto en el que escuchan y entienden perfectamente lo que dice la otra persona, y pueden llegar a sufrir mucho por los comentarios que la gente os pueda soltar.
Es por ello, que no dejamos de insistir en la importancia de estar informadas para ser poseedoras de vuestra verdad, en empoderaros y haceros guardianas de vuestra lactancia, y en solicitar el apoyo de vuestra pareja al igual que en cualquier otra cuestión de la crianza.
Es primordial, que protejáis a vuestros hijos. Si os sueltan algún comentario impertinente, no perdáis nunca la oportunidad de reforzar a vuestros hijos, en mostrarles que hay gente que puede no estar de acuerdo con nosotros, y en reclamar respeto para todos. Contarles que no hacéis nada malo, que esas personas no están bien informadas, y si es necesario y lo consideráis oportuno, evitar la lactancia materna en según que entornos.
Y recordaros que rodearos de otras mamás y familias que os entiendan, que vivan la crianza de manera similar a la vuestra, y que os acepten sin juicios, es un ejercicio potenciador de la autoestima muy valioso.
La lactancia materna siempre se acaba.
No. Aunque no os lo creáis, por mucho que os esforcéis, vuestros hijos no llegarán a la universidad tomando teta (salvo que empiecen la universidad con 6 años).
La lactancia materna, como proceso natural que es, es evolutivo y de la misma manera que empieza, llega el día en que acaba.
Lo ideal, como os decimos siempre, es que la lactancia materna dure aquello que vosotras y vuestros bebés, más mayores o más pequeños, deseéis. Un destete natural, que se sucede tranquilamente, de forma paulatina, es la mejor manera de acabar una lactancia materna.
No obstante, ya sea un destete natural, o guiado y deseado por nosotras, no debemos olvidar que supone un duelo y una etapa cerrada que no volverá. Es normal que sientas tristeza o que tengas sentimientos encontrados, incluso en un destete ansiado.
Y aquí también, el apoyo de vuestra pareja y de un entorno respetuoso y comprensivo es clave a la hora de tener un final feliz a una etapa tan bonita e intensa, dura y reformadora como puede llegar a ser vuestra lactancia materna.
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