La lactancia materna en los primeros días de vida.
En este post os vamos a explicar un poquito más acerca de los puntos que hay que tener en cuenta en cuanto a los cuidados del recién nacido, especialmente relacionado con la lactancia materna en los primeros días de vida de nuestro bebé.
¿Pero qué se considera un recién nacido?
Un recién nacido es aquel bebé nacido a término y hasta que cumple 28 días desde su nacimiento. En caso de ser prematuro, este periodo se contará desde la Fecha Probable de Parto, es decir sobre la edad corregida.
Lo que ocurre en el parto, afecta a la lactancia materna.
Como os ampliaremos más adelnate, el tipo de parto que tengáis puede afectar directamente al comienzo de vuestra lactancia materna y dificultarla.
Lo que si podemos controlar, en cierta medida, es lo que pasa inmediatamente después, para intentar asegurar el éxito de la lactancia en los primeros días de vida.
El piel con piel es muy importante.
Este primer contacto es primordial para que madre y bebé se reconozcan, para favorecer la lactancia materna en los primeros días y para la recuperación de ambos. De no ser posible lo deseable es que este piel con piel lo haga el papá.
Las primeras horas son claves para la lactancia materna.
Las dos primeras horas tras el parto es deseable que os dejen tranquilos en la sala de dilatación, sin visitas ni molestias.
El bebé estará alerta estas primeras horas de vida, y una vez haya mamado y recibido ese primer calostro, entrará en un letargo que puede durar hasta 8 horas. Intentaremos mantener el piel con piel lo máximo posible.
La lactancia materna es a demanda pero…
Durante este primeros días, y tras el letargo inicial, es deseable vigilar que el bebé no esté excesivamente adormilado.
Los recién nacidos tienen que hacer entre 8 y 12 tomas diarias. Si hace menos tomas es posible que no se esté nutriendo lo suficiente, y si hace de más es posible que exista un problema de transferencia de leche.
La lactancia materna no debería doler.
Esto no quiere decir que es imposible que duela, sino que el dolor es señal de alerta, advertencia de que algo no está funcionando bien.
Si es así, si el pecho os duele más allá de un pellizco inicial que dure unos cuantos segundos, es importante acudir a una matrona o a un grupo de apoyo para que valoren el agarre.
Ellas pueden dar con el posible problema y ofrecernos una solución para que no fracase nuestra lactancia materna, incluso más allá de los primeros días o meses.
Como debo dar el pecho.
Lo importante es encontrar la postura en la que ambos estéis cómodos. No existe una postura mejor que otra.
Para acercar el bebé al pezón lo haremos siempre cogiéndolo de la espalda, nunca empujando la cabeza.
Acercaremos al bebé al pezón, poniendo el pezón en su nariz para que abra bien la boca, y apuntando éste al cielo de su paladar. Para ello lo sujetaremos de la espalda, no del culete.
Oreja, hombro y cadera deberían formar una línea recta. El bebé deberá estar alineado al pezón
Lo importante es que el agarre sea correcto, para que la extracción y transferencia de leche sean adecuadas para las necesidades del bebé y así asegurar que nuestra lactancia materna está funcionando, en estos primeros días que son tan delicados.
Ofreceremos un pecho en cada toma, y dejaremos que el bebé lo tome hasta que se suelte de manera espontánea.
Como saber si el agarre es correcto.
Debe haber cogido todo el pezón y gran parte de la areola, y los labios deben estar evertidos (hacia afuera), la boca abierta en un ángulo de 90º o superior y nariz y mentón deben estar pegados al pecho.
Como saber si tu bebé está bien alimentado .
La única manera fiable de valorar si una lactancia materna está funcionando, especialmente los primeros días de vida, y está siendo efectiva, es el peso y los pañales del bebé.
Es muy importante pesar al bebé siempre en la misma báscula, y en las mismas condiciones.
En el siguiente post os hablaremos más en profundidad de este tema, pero como nota, es importante que el bebé haga pipí y caca todos los días hasta el mes de vida, y que hacia los 15 días de vida haya recuperado el peso de nacimiento. Una pérdida de peso entre el 7 y el 10% los primeros días es habitual, si llega a 10% o más es señal de alerta y deberemos valorar de inmediato con el pediatra que ocurre.
La subida de la leche.
Hacia el tercer día es posible que notes una subida de leche, más o menos fuerte y es incluso posible que no la notes.
Si la subida de leche es muy fuerte y notas el pecho muy cargado y duro, es importante descongestionar el pecho mediante presión inversa suavizante, antes de ofrecer el pecho.
De no hacerlo, es posible que el bebé tenga un mal agarre, y tengamos problemas de succión, dolor y mala transferencia.
Crisis de lactancia materna.
Antes de cumplir el mes de vida, alrededor de los 15 días de vida, el bebé pasará por su primera crisis de crecimiento.
El bebé pide muchas más veces teta, las tomas son más largas (casi eternas) y llora muy a menudo si no tiene el pecho en la boca.
Esto sucede por una necesidad de aumento en la producción, y una vez el pecho haya asimilado esta nueva necesidad, la crisis cesará, normalmente en 2 o 3 días.
Conocer estas crisis es clave para saber que ocurre, mantener nuestra lactancia materna de manera exitosa los primeros días de vida, y no surfir la angstia de pensar que algo está fallando.
Lo que un recién nacido necesita.
Lo poco que necesita un recién nacido es apego, alimento y sueño, a ser posible sintiendo a su madre siempre lo más cerca posible.
Es lógico que esta etapa nos parezca abrumadora, y es cuando más ayuda vamos a necesitar. Plantéate hacerte con un fular de porteo para llevarlo siempre pegadito cerca y poder tener algo más de libertad de movimientos.
Y si la familia quiere ayudar, siempre pueden pasarse por casa a llevar comida, limpiar los baños o fregar los platos. Lo que madre e hijo necesitan es estar juntos, y la mejor manera de ayudar, es liberando a la madre (y al padre) en la medida de lo posible de aquellas tareas que no sean cuidar al bebé.
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