Suplementar la lactancia materna ¿Cuándo y cómo?
Si no has dado nunca el pecho, puede que no hayas oído jamás hablar de suplementar una lactancia materna. Pero por una gran variedad de circunstancias, muchas de ellas inevitables, una mamá reciente que da el pecho puede llegar a tener que optar por esta solución para su bebé.
¿Qué significa suplementar la leche materna?
Cuando hablamos, desde un grupo de lactancia o en boca de un pediatra, de suplementar la lactancia materna nos referimos a alimentar a un bebé de 0 a 6 meses ofreciéndole leche sin dar el pecho, entre toma y toma de pecho.
Esto ocurre y sólo debería recomendarse cuando nuestro bebé, especialmente si aún tiene pocas semanas de vida y no ha recuperado el peso de nacimiento, no está ganando el peso mínimo adecuado a su edad (corregida en caso de bebés prematuros).
Se trata de añadir tomas de leche ofrecidas a mano entre toma y toma de pecho, con la finalidad de que nuestro bebé que no está ganando suficiente peso, obtenga todo el alimento necesario para crecer de manera adecuada.
Esta circunstancia puede alargarse más o menos en el tiempo, dependiendo de lo que dure la situación que ha provocado la toma de esta decisión.
¿Cuándo hay que suplementar?
Se valora suplementar a un bebé, que no está consiguiendo ganar el peso mínimo adecuado a su edad, especialmente durante las dos primeras semanas de vida.
Suelen ser niños que por el motivo que sea (problemas de succión, enfermedad, ingreso) no son capaces de obtener por ellos mismos toda la leche que les hace falta en un día, y necesitamos ayudarles con un pequeño extra entre tomas.
Es importante tener en cuenta que suplementar significa introducir un agente externo en nuestra lactancia, y viene con dificultades y sus contras añadidos, por lo que hay que valorar muy bien de antemano, si esta es la solución necesaria.
Antes de optar por suplementar, os recomendamos que visitéis a vuestra matrona, asesora de lactancia o ibclc para valorar todos los posibles problemas en vuestra lactancia y son ellas las que deberían recomendaros (o no, si no es necesario) suplementar la lactancia.
Suplementar no tiene porque significar introducir leche artificial.
Este punto es muy importante, porque cuando le decimos a una madre que debe suplementar porque su bebé no está ganando el peso necesario a pesar de sus esfuerzos al pecho, inmediatamente pensamos que hemos de acudir a la farmacia.
Y para muchas madres esto puede suponer un shock o directamente una situación no deseable. Es habitual el sentimiento de rechazo hacia esta solución y de fracaso ante la situación.
No debemos olvidar que una madre que tiene que suplementar su lactancia materna, seguramente ha pasado por un calvario y ha hecho todo lo posible para evitar llegar a esta circunstancia. Si es tu caso, recuerda que lo estás haciendo lo mejor que puedes, y que si por circunstancias de la vida, debes suplementar, estás realizando un esfuerzo igual de grande o mayor, y estás haciendo lo mejor por tu bebé.
Suplementar con leche materna o artificial no es un fracaso.
Es la solución a un problema complejo.
Por regla general, cuando recomendamos suplementar siempre se valora en primera instancia hacerlo con la propia leche materna de la madre, extraída durante las tomas al pecho.
Sólo si, por las circunstancias que sean, no es posible que la madre se extraiga suficiente leche, y si no tenemos acceso a un banco de leche materna (por no estar ingresados o no contar con una amiga o familiar que nos ceda parte del suyo), optaremos por suplementar con leche artificial.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de suplementar?
Habitualmente los problemas que nos llevan a suplementar son debidos a bebés que no tienen la fuerza suficiente para succionar todo lo que deben, bebés débiles por cualquier circunstancia, bebés enfermos y bebés con frenillo u otro tipo de malformaciones orales.
Por ello, lo primero a tener en cuenta a la hora de suplementar es asegurarnos que nuestro bebé está comiendo lo suficiente y gana el peso necesario para su edad. Ésta es la principal prioridad y mientras no se cumpla, lo demás son problemas que ya se solucionarán.
Pero debemos tener en cuenta algunas cosas para no entorpecer nuestra propia lactancia materna durante el proceso, más o menos breve, que dura esta suplementación:
- Evitar interferir en la succión: como comentaremos más abajo, intentaremos ofrecer la leche, extraída o artificial, de manera que no provoquemos una confusión tetina-pezón que haga que nuestro bebé prefiera el otro sistema antes que el pecho.
- Si nos extraemos leche de un pecho mientras tenemos al bebé al otro pecho, mantendremos una buena estimulación de este y evitaremos que decaiga la producción.
- Debemos ofrecer el pecho, a ser posible, antes y después de haber ofrecido la leche suplementada. Así le recordamos a nuestro bebé (y a nuestro pecho) que la leche proviene del pecho y que la saciedad se produce allí.
- A ser posible, sé tu misma la que ofrece la suplementación de leche, siempre que tu estado lo permita. Así mantendremos el vínculo que la lactancia materna nos proporciona.
Si esta es tu situación, si te han recomendado suplementar a tu bebé, te recomendamos estar en contacto con un grupo de apoyo o con otras mamás que hayan pasado con anterioridad por tu situación, ya que también es muy importante el apoyo emocional para ti en esta etapa.
Estas madres, te podrán guiar sobre como realizar todo este proceso y te pueden aportar su experiencia vivida en una circunstancia parecida a la tuya.
¿Cómo ofrecemos la leche suplementada?
Como os comentábamos antes es importante además del cuándo, el cómo ofrecemos esa leche adicional, materna o artificial, a nuestro bebé.
Una de las mayores dificultades añadidas que supone suplementar es el riesgo de crear una confusión tetina pezón y que nuestro bebé acabe prefiriendo la tetina a nuestro propio pecho.
Por ello, a la hora de suplementar, evitaremos en la medida de lo posible usar el biberón y de hacerlo, ofreceremos la leche mediante el método Kassing.
En este otro post te hablamos de algunos métodos de suplementación y te recordamos que en nuestro grupo de apoyo disponemos de vasitos de suplementación para esta circunstancia.
Podéis conseguir otros aquí y aquí.
Lo más importante que debemos tener en cuenta a la hora de suplementar.
Lo que debemos recordar siempre es que suplementar debería ser la última opción, que debería venir después de una rápida valoración de la situación de la madre y el bebé, y tras haber intentado solucionar el problema por otros medios.
Antes de suplementar y tener que asumir las dificultades para la lactancia materna que conllevan, deberíamos valorar solucionar (si es posible) el problema que está causando esta baja ganancia de peso del bebé.
Si aún así, las tomas del pecho son insuficientes, si la succión del bebé no se puede aumentar de manera rápida y si la salud del bebé está en riesgo, no dudaremos en tomar solución temporal mientras la situación se resuelve.
Lo primero que debes recordar.
Pero si después de todo, este es la manera de alimentar a tu bebé, recuerda lo más importante: lo estás haciendo bien y estás haciendo lo mejor por tu bebé.
A veces la lactancia es un camino lleno de dificultades, y se hace necesario contar con ayuda, pero ello no significa que nosotras no estemos siendo las mejores madres que podemos ser.
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